"Amanda nada más comenzar la lectura de la sentencia estaba sollozando, con la boca abierta respirando con fatiga. Raffaele estaba sin embargo más tranquilo, con la mirada fija en el presidente de la Corte, y después, el gesto inmediato de batir los puños en señal de alivio". Así comienza la crónica de este nada esclarecedor final del famoso juicio por el asesinato de Meredith Kercher el periódico La Repubblica.
Los dos acusados, Amanda Knox y Raffaele Sollecito, han sido puestos en libertad, como muchos se esperaban horas antes. El Tribunal de apelación de Perugia leyó la sentencia a las 21,45. El fallo del tribunal da la razón a quienes habían denunciado las irregularidades del proceso y abre un nuevo capítulo en el caso. Knox y Sollecito celebraron entre lágrimas y abrazos su inmediata puesta en libertad.
La sentencia provocó las protestas de la multitud de personas congregadas a la puerta del tribunal. "¡Vergüenza!", gritaban algunos, abucheando a los letrados de los acusados. Otros pedían que les entregasen a Knox para que se encargasen ellos de hacer justicia. Aunque la estadounidense fue condenada a tres años de prisión por calumnias (acusó a un músico del crimen), la pena se considera cumplida por el tiempo que ya ha pasado en la cárcel.
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