España es un país internacionalmente conocido por sus fiestas populares en la que se utiliza a algún animal por tradición y para diversión de los asistentes, y donde según comentan muchos, los animales padecen un sufrimiento atroz. En Manganeses de la Polvorosa, un pequeño pueblo de la provincia de Zamora, festejaban el día de San Vicente tirando una cabra desde el campanario de la iglesia, lo llamaban "el salto de la cabra", y con ellos querían rememorar el milagro que se produjo a principios del siglo XX cuando una cabra cayó desde el mismo sitio y salió ilesa.
Pero, España no es el único lugar con tan peculiares fiestas. En Empoli, un pueblo cercano a Florencia se celebra anualmente "el vuelo del burro". La fiesta, que tiene sus orígenes en 1340, consistía en subir a un asno hasta el campanario de la iglesia dónde le colocaban un arnés y lo ataban a una cuerda que recorría la plaza hasta el edificio de enfrente. El pobre burro recorría la plaza por los aires y al llegar al otro lado moría estrellándose contra el Palacio Ghibellino. Según la forma de vuelo se hacían previsiones sobre las cosechas del año siguiente año.
Afortunadamente desde hace decenas de años el burro que surca el cielo de Empoli está hecho de plástico, y cuando choca contra la columna del Palacio estalla en mil pedazos. La gente del pueblo dice que coger uno de esos trozos aporta buena fortuna.
Fuentes: ilvolodelciuco.it, fotos propias
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