jueves, 17 de noviembre de 2011

El vertedero de europa

La pizza, el monte Vesubio, la mandolina, y cómo no la mafia, son las cuatro palabras más famosas que se asocian a Nápoles en el imaginario colectivo. Pero, el turista que se adentra en esta peculiar ciudad del sur de Italia descubre un aspecto muy llamativo y menos proyectado al exterior; el problema de la basura en Nápoles. 
Paseando por sus calles el transeunte debe esquivar en muchas ocasiones bolsas de desechos que se amontonan a los alrededores de los contenedores. Es una visión desagradable que contrasta con la bella y viva ciudad. El hedor en las calurosas tardes de verano se vuelve dificilmente soportable, pero sus habitantes parecen ya familiarizados con el problema, ¿por qué se ha llegado a esta situación?. 
"La crisis de la basura en Campania", como formalmente se conoce el problema, comenzó en 1994, cuando el gobierno declaró el estado de emergencia y nombró a un comisionado especial. A grandes rasgos podemos ubicar tres ejes de responsabilidad directa. 

El primero de ellos es la mafia, que en Nápoles se llama La Camorra. Hace más de veinte años, Nuncio Perrella, colaborador de justicia y ex mafioso dijo: "La munnezza è oro" (es decir, la basura es oro). No se equivocaba, La Camorra se beneficia de casi mil millones de euros al año gracias al negocio de la basura. Intercepta fondos europeos y estatale sy ofrece el servicio de procesamiento de desecho. Este grupo mafioso realiza tal actividad a un precio ínfimo, pero con métodos básicos como el enterramiento de la basura. Por ello la Campania es hoy el vertedero más grande de europa y conserva bajo tierra tal cantidad de basura que si fuera sacada de sus improvisados depósitos formaría una montaña de más de 15 kilómetros de alto.
El segundo culpable es la industria y, en general, un sistema productivo incapaz de generar bienes sin contaminar (se calcula que 81% de los desechos europeos son de origen industrial). 
La política es el tercer culpable. Porque el silencio y la anuencia de la clase política local y nacional huelen peor que el hedor que circula en Nápoles. Dos administraciones locales de izquierda no fueron capaces de enfrentar el problema, a pesar de las enormes inversiones destinadas a la región por el gobierno italiano y la Unión Europea. En 2009 el gobierno estableció el final del estado de emergencia por un decreto, pero lasituación no había cambiado. En 2011 sigue aún lejos una posible resolución. 
 
   

Fuentes: Wikipedia, La Jornada, Corriere della Sera, El País

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